Descripción
Expuesto en nuestro anterior artículo el deber de glorificar á quien, con sus consejos, tanto influyó en el engrandecimiento de España bajo los Católicos Reyes, discurramos ahora acerca de las obligaciones que tiene sobre sí la ciudad de Córdoba; obligaciones que no dudamos serán acogidas con entusiasmo y desarrolladas con fe inquebrantable.
Importa, en primer término, hacer constar que en la recordación del Gran Capitán palpita el homenaje al militar y al estadista, al aristócrata y al consejero predilecto de unos Reyes que pusieron a nuestra patria en el pináculo de la gloria humana; el tributo que se trata, pues, de rendir á Gonzalo Fernández de Córdoba tiene gratas resonancias para todos: para los Reyes, porque fué su más devoto servidor; para los gobernantes, porque fué su más experto maestro; para la aristocracia, porque fué su más brillante expresión; para el ejército, porque fué su más invicto General; para Córdoba, porque fué su más cariñoso propagandista.
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