Descripción
Agesilao.— Agiges.— Agis.— Alcibiades.— Alejandro.— Anaxandridas.— Antacildas.— Antígono.— Arístides.— Arquidamo.— Artajerjes.— Bias.— Blasidas.— Cabrias.— Cares.— Carilo.— Carondas.— Ciro.— Claomenes.— Darío.— Demetrio.— Demóstenes.— Dión.— Dionisio.— Epminondas.— Esquines.— Eumenes.— Fidippides.— Foción.— Forutón.— Hipócrates.— Leónidas.— Licurgo.— Lisandro.— Milciades.— Nicias.— Papeón.— Pelopidas.— Pericles.— Pisistratidas.— Platón.— Plutarco.— Sófocles.— Solon.— Teopompo.— Temístocles.— Teramenes.— Teutiaplo.— Timoclea.— Timoleón.— Trasibulo.— Xenofonte.— Xerxes Agesilao Conducía este Rey de Esparta un gran ejército contra los persas los magistrados de su país llamáronle á Lacedemonia y así contestó al mandato: Hemos sometido una gran parte del Asia aún hacíamos grandes preparativos de guerra pero, pues me ordenáis que regrese, voy á ejecutarlo inmediatamente. Y dispuso la retirada renunciando á la gloria del vencimiento ante el deber de la obediencia. 156 TOMO V / 1920-1939 ESCRITOS EN PRENSA DE ANTONIO GARCÍA PÉREZ —— Cuando en torno de la ciudad de Mesenalos, dos extremos de la zanja estaban ya cerca, entrada la noche, dijo aquél á Nectarebo: Esta es, oh joven, la ocasión que para no malograrla, no he querido anunciar hasta que ha llegado. Los enemigos mismos han provisto á vuestra seguridad con sus manos, abriendo este foso, del cual la parte ya hecha es un impedimento para su gran número, y la parte que resta nos da la proporción de pelear con una exacta igualdad contra ellos. Ea, pues, muéstrate ahora varón esforzado, y cargando impetuosamente con nosotros, sálvate á tí mismo y salva al ejército pues los enemigos que tendremos al frente no nos resistirán y los otros, á causa del foso, no podrán ofendernos. Y la victoria fue la recompensa á su meditación y esfuerzo.
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