El año 1921 en los campos de Melilla

Descripción

José María Lazaga Ruiz.— Eloy González Simeoni.— José Escribano Aguado.— Defensa de Tizza.— Femando Primo de Rivera.— Diego Flomestá Moya.— Manuel Bandín Delgado.— Julio Llompart Larraz.— Laureano Irarazabal.— Mariano García Martín.— Pedro González Cabot José María Lazaga Ruiz (1)34 Alférez de navío del cañonero Laya. Al amanecer del 2 de Junio llega este buque frente á la posición Sidi Dris, á fin de socorrerla después de la dolorosa jornada de Abarrán35 con dos marineros y un señalero36 desembarca Lazaga y logra entrar en Sidi Dris, cercada ya por la morisma infórmase de los puntos que debían batirse desde el mar y alienta á los defensores dándoles sensación directa del auxilio que recibirían de sus compañeros de Marina cumplida su misión, sale del destacamento y bajo nutrido fuego del adversario llega á la costa reintegrándose seguidamente al buque. El 25 de Julio, al mando de los botes de desembarco, protege la evacuación de Sidi Dris bajo un fuego intensísimo de los rifeños van llegando los soldados á la playa los amparan y defienden sus hermanos los marineros, que no vacilan en dar la vida por sus amados compañeros. ¡Momentos hermosos, grandemente sangrientos, hondamente bellos, 34. (1) Nació en San Fernando (Cádiz) el 16 de Octubre de 1896 é ingresó en la Escuela Naval el 9 de Enero de 1914. El 2 de Agosto de 1921 fueron trasladados sus restos al panteón de Marinos ilustres de San Fernando. 35. En el original: «Abarán». 36. En el original: «señaladero». 54 TOMO V / 1920-1939 ESCRITOS EN PRENSA DE ANTONIO GARCÍA PÉREZ en los que el Ejército y la Marina se abrazan fraternales para ganar las cumbres de la inmortalidad! Lazaga es herido en el hombro y en su brazo cristiano y valeroso, aguanta estoico sus dolores para que no decaiga el ánimo de los suyos en aquella mortífera retirada incéndiase el bote á motor que llevaba rodéanlo varios muertos y heridos y entre las piadosas palabras de los que caen, las exhortaciones viriles de los que mandan y el brioso acento de los que luchan, el alma de Lazaga así dice con arrogancia castellana: ¡Seamos bravos por España, por su gloria, por su honor! Más tarde recibe cuatro balazos en el pecho, vientre y piernas mas no por ello abandona el mando de sus marineros que fervorosos le admiran y le escudan casi desvanecido, es trasladado á los botes del Princesa de Asturias y luego llevado á Melilla, falleciendo en el hospital Doker el 31 de Julio.