Descripción
Tuvo lugar el 17 de mayo de 1902 en aquel día en que el gallardo joven iba á recoger las riendas de la suprema dirección del Estado con «los ojos medio dormidos en la diáfana soñolencia de su florida edad y envuelto el gallardo cuerpo en las níveas vestiduras de la pureza y del candor de su alma», las esperanzas nacionales palpitaron efusivas y entusiastas poniendo en todos los labios el nombre bendecido del malogrado Alfonso XII y el nombre reverenciado de Doña María Cristina. Animoso y resuelto, tocó nuestro Rey los dinteles de la mayor edad en aquella fecha memorable, siendo el sentir de sus amores para la España de las clásicas grandezas y de los ardientes deseos el sentir de estas palabras del notable escritor Pérez de Guzmán: «No traigo historia pero desciendo de una progenie ilustre. Mi padre fue el amado hasta después de la muerte, y en mi madre reflejan con todo su brillo las aureolas de la deidad tutelar. Traigo el sello de la más pura nitidez sobre mi frente, y la lealtad de todos será el escudo bajo que desplegue las alas de la autoridad con que nací soberano, por la voluntad de Dios y el amparo de las leyes». Nacido Rey y Rey antes de nacer, D. Alfonso XIII empezó á reinar personalmente el 17 de mayo de 1902 hasta entonces, la estrecha disciplina de sus estudios le apartó completamente de los esplendores de la Corte: en aquella histórica fecha, la afortunada Regencia de doña María Cristina entregaba el poder en manos de un Rey á quien el espíritu popular hacían circundado con la fuerza de sus simpatías y con la fe de sus esperanzas.
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