Descripción
A D. Luis Antón del Olmet, cantor de las proezas del soldado en los campos de Tetuán. Bello compendio de fervores y de esperanzas, pedestal histórico sobre el que la fe abrázase amorosa al patriotismo, brioso acento que pregona lauros y grandezas tal es la Iglesia católica en sus veinte siglos de lucha consoladora, en sus conquistas meritísimas, en sus ideales contagiosos. Con el impulso de la fe al servicio de la humanidad, la Iglesia templa la voluntad de los hombres con su estoico desdén á la muerte, satura de sano patriotismo el corazón de las multitudes, y, fundiendo en los crisoles patrios sus eternos ideales de justicia, amor y nobleza, hizo de antaño sirviese España de eje á la rotación civilizadora, merced á la sangre de sus hijos, merced al genio de sus obras. Abrazados á la Iglesia, los pueblos glorificaron sus empresas los Reyes coronaron sus expediciones los Ejércitos pasearon enhiestas sus banderas las razas perpetuaron su bella contextura, y las nacionalidades crecieron iluminadas por una aurora rutilante en poética dulzura.
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