Marcos de Isaba

Descripción

Marcos de Isaba fué un ilustre soldado, que á los veinte años comenzó á servir las Banderas de su Patria, «habiendo pasado tantos trabajos, heridas y miserias, con tanta constancia, así en el tiempo de pobre soldado como en los oficios y cargos que en ella tuvo». Su vida como soldado no es mas que un rendimiento fervoroso á la virtud y al valor en cuarenta años de puñar por su Patria y por su Rey, puso á prueba toda la grandeza de su alma, la honradez de su conducta, su perfecta obediencia, su mando acrisolado y su justicia inquebrantable. Cuando los deberes de su cargo dejábanle horas de ocio, dedicóse á manejar la pluma hábil maestría tuvo en ella, componiendo el hermoso libro Cuerpo enfermo de la Milicia española, preciado monumento que trata de la vida del soldado en el último tercio del siglo XVI, y que fue impreso en Madrid el año 1594 he aquí algunos de sus conceptos: «Todos los soldados de la compañía han de entender y tener al Capitán por padre… muchos son los casos por donde el soldado ha de ser aventajado, honrado y gratificado, y ni más ni menos son tantas las causas por donde ha de ser castigado, y afrentado y aborrecido, y odiado una cosa hay de diferencia, en que las cosas honrosas se alcanzan más fácilmente y más á gusto y contento de todos que no las demás… guardando y observando lo bueno, es de todos amado y servido, y si va por camino y vía de hombre bajo, faltando á la reputación de la Milicia es odiado, desamado, aborrecido… El buen soldado ha de hacer cuenta que el día que comienza á gozar de aquel punto tan honroso como es ser soldado, ha de entender que se despoja de la libertad que ha tenido y no puede hacer cosa mala ni ruin, y que aquella persona ya no es suya, pues se ha obligado si bien lo entiende al servicio de su Rey y á observar las órdenes con la pena y castigo… 618 TOMO III / 1910-1914 ESCRITOS EN PRENSA DE ANTONIO GARCÍA PÉREZ Ha de ser el buen soldado muy comedido y bien criado, respetando y honrando todos los oficiales, porque aquella consideración y vergüenza que entonces se le presenta, le obliga, cuando algo se ofrezca, no hacer cosa mala…». A. García Pérez Comandante de Infantería