Descripción
Alejandro El Magno y Fernando I.— Julio César y el Duque de Alba.— Pedanio y Hernán Pérez del Pulgar.— Sila y Prim Alejandro El Magno Al frente de sus legiones macedónicas sitiaba Tiro para estrechar el cerco fue preciso construir un dique mas, los heroicos defensores contenían el ardor de sus rivales en fuerza de desesperados ataques. Los sitiadores hubieron de vacilar ante la bravura de los cercados el Monarca, ejemplario en virtudes y valor, tomó un cesto de tierra avanzó hasta el lugar más peligroso, y lo volcó en el agua. Alentados por la acción de su Rey, los soldados se afanaron en imitarlo poco después construían el dique y la ciudad de Tiro cayó en su poder. Fernando I Ante los muros de Antequera (10 de septiembre de 1410) peleaban los cristianos con tanta fe como esperanza á costa de sensibles bajas se iban cegando los fosos con espuertas de tierra mas el brío de la morisma hizo debilitar el ardor de los atacantes el Rey, esforzado y ejemplar, comprendiendo la gravedad del peligro, toma una espuerta de tierra, y vaciándola al borde del foso, dijo á los suyos: Tened vergüenza y haced lo que yo hago. Las leales tropas, afanosas y enardecidas, comenzaron á llenar de tierra el foso y más tarde entraban vencedores en la ciudad.
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