Descripción
Toledo, como todas las ciudades españolas, respondió con altivez é indignación á la ingerencia [injerencia] del hijo de Córcega en los destinos patrios ancianos y Sacerdotes, mujeres y chicuelos, frailes y soldados, todos unidos en la misma fe y todos maculados por idéntico fervor, no vacilaron en oponerse virilmente á los sicarios de Bonaparte donando altruistas sus vidas y sus haciendas. Toledo fue una de tantas ciudades donde el patriotismo fue arrogante y decidor la urbe de afamadas grandezas también supo unir sus voces de santa independencia á los clamores que, augustos y gradilocuentes [grandielocuentes], retumbaron en el cóncavo de las montañas despertando añejas glorias vívidas allá en el seno de la inmortalidad. La juventud escolar, la que se educara en la Universidad toledana (hoy Instituto general y técnico), al calor de cívicas virtudes y de sapientísimos Maestros, asimismo contribuyó á mantener esplendente el amor á la Patria, ese amor que vivifica á los pueblos y engrandece á los Estados. Las aulas de la Universidad toledana, notables por la solidez de sus enseñanzas, cambiaron un día sus rumores de ciencia por una exaltación en pro de su España y de su Rey aquellos muchachos así pasaron de una vida metódica á una vida matizada por sacrificios y abnegaciones sin cuento. Los Maestros que surcaran aquellos cerebros gobernaron también sus corazones al pensar cedió el sentir el mañana quizá sosegado cedió ante el presente emotivo el escolar cejó en sus estudios para convertirse en sol dado, para ser un paladín más de la Fe, de la Patria y del Trono
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