Descripción
A la atenta y delicada invitación con que honra el más venerado de mis maestros al más insignificante de sus discípulos, es justo corresponda mi pluma, asumiendo la difícil misión de prolongar este hermoso y notabilísimo trabajo. Una vez más, la exagerada benevolencia que hizo surgir mi leal cariño á quien fue culto profesor y sabio consejero mío, colócame en el aprieto de colaborar en las primeras hojas de un libro suyo, tan grande en el fondo como hermoso en la forma. Un tomo más, al fin y al cabo, de esa valiosa Biblioteca, creada por su talento y merced á sus estudios, galardón y orgullo de la Infantería. El afecto paternal —nacido bajo las bóvedas del Alcázar y en la austeridad del aula— con que me honra el Capitán García Pérez, nubla su vista, cuando de mirarme trata, y le hace ver exagerados méritos allí donde únicamente hay de meritorio un poco de buena voluntad. Cuando me senté en los bancos de aquella clase de la que él era el maestro, y llegó hasta mis oídos el eco de su arrebatadora voz, gravitaron sobre mi ánimo sus hermosos consejos, atesorados con el ejemplo suyo, y sentí ansias locas de laborar con ciega fe por mi Arma, por mi Rey. Y he aquí que, sin quererlo, mi pluma ha escrito inconsciente el título digno de esta obra, digna también de quien al crearla ha sabido resumir en dos palabras todo el ideal de sus esfuerzos gigantescos.
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