Descripción
No ha mucho tiempo publicaba el Heraldo de Madrid un precioso artículo, debido á la galana pluma de Carmen de Burgos (e. p. b.), y dedicado al qué fue Infante de España, á D. Alfonso de Orleans y de Borbón tanto el artículo que hoy sale de mi pluma como otros posteriores tienden á una rehabilitación sobradamente justa, á una concentración de voluntades respetuosas y entusiastas, á una súplica de corazones fervorosos por su Patria y leales por su Rey. Cientos, de oficiales son hoy los heraldos de cuánto trabajara en la Academia de Infantería D. Alfonso de Orleans no pocos de mis compañeros de profesorado son igualmente testimonios. orgullosos de cuánto aprendiera D. Alfonso de Orleans: unos y otros no pueden olvidar aquel modesto Infante de España, que, viviendo en la más estricta obediencia, fue querido de los primeros y respetado por los segundos. Al igual que todos sus compañeros, ingresó por concurso, sufriendo los rigores del examen como ellos, besó la enseña patria en el Palacio de sus augustos antepasados, jurando á Dios y prometiendo al Rey ofrendarle su vida en defensa de su honor como ellos, vivió internó y disciplinado, afirmando ese juramento con un culto diario á la obediencia y con un homenaje constante á gloriosas tradiciones como ellos, forjó su alma al calor de ideales que engendra una sólida enseñanza, y preparó su voluntad al influjo de un mando sugestivo y caballeresco como ellos, puso fe en su corazón para que germinasen hondos y perennes los consejos de sus educadores, los anhelos de su Patria y las esperanzas de su Rey
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