Militarismo y jesuitismo

Descripción

MILITARISMO y jesuitismo: ¿qué fueron, cuánto significan, hasta dónde llegarán? Militarismo y jesuitismo: ¿qué virtudes les vigorizan, qué peligros les amenazan? Militarismo y jesuitismo: ¿serán, en íntimo consorcio, los únicos sostenes de esta Patria que languidece con espasmos quijotescos? De una Milicia rebosante en altruistas sentimientos y en fervorosos arrebatos, de una Milicia rica en fe y exangüe en egoísmo, de una Milicia orgullosa de sus ofrendas y modesta en sus recompensas, de una Milicia altiva en la pelea y generosa en el reparto, y de una Milicia riente en la victoria y sufrida en la desgracia, nació antaño el jesuitismo allá en la paradisíaca ciudad de los cármenes floridos y de las polilobuladas torres, entre el patriotismo más intenso y la fe más sentida, entre la grandeza humana más excelsa y el rendimiento más culminante de la criatura á su Dios, tuvo su origen el jesuitismo la Patria, con sus hálitos edificantes, anidó, gozosa y esperanzada, en el alma de un guerrero y éste, blandiendo su espada por España, y doblando su rodilla por la fe, fue el misterioso engendrador de una sociedad desgajada de otra, de una sociedad en la que la Patria y el honor se instituyeron como augustos padrinos en su presentación al mundo. En los campos de batalla y en los ardores del descanso templó su corazón Ignacio de Loyola aspirando los aromas de la fe y sintiendo las caricias de la Patria, llevó destellos á su cerebro y grandiosidades á su voluntad aprendiendo de soldado la obediencia, é imponiendo la disciplina por su mando, injertó en su alma ambas valiosas virtudes Ignacio de Loyola, guerreador un día por su Patria y combatiente luego por su Dios, admirable con su espada laureada y fulgurante en su empresa sugestiva, es el símbolo más preciado de una milicia guiada por la fe y de una religión embebida en la milicia